Las omisiones del arte: GUIDO CAPROTTI

TÍTULO:

Sol y nieve

AUTOR:

Guido Caprotti (1887-1966)

AÑO PRODUCCIÓN:

1939

DÓNDE ESTÁ:

Colección Caprotti - Palacio de los Superunda, Ávila (Castilla y León)

La Ciudad de Ávila es un escenario absolutamente perfecto para muchas cosas y su presencia en la pintura española es una constante. Muchos autores, especialmente del XIX y del XX, sintieron atracción por la ciudad y sus increibles murallas. Caprotti, que solo iba a pasar una noche en la ciudad, acabó viviendo allí el resto de su vida y fue testigo de como una sociedad avanzaba a lo largo del siglo XX en una ciudad que mantiene su espíritu medieval. La luz, la nieve y las murallas son los silenciosos protagonistas de su cuadro que, como otros, regala un conocimiento profundo del color y sus variaciones luminicas al amanecer. 

Guido Caprotti nació en Monza, Italia, el 5 de octubre de 1887. Se crió en un ambiente artístico, entre otras cosas, debido a la amistad que unía a su familia con Verdi, además de ser familiar de Boldoni. Sus estudios los realizó en Milán, donde cursó arquitectura, abandonando esta formación para asistir a la Academia de Brera para formarse en pintura. En 1910 logra el premio de pintura de la Fundación Bozzi-Calmi y la doble victoria en el Premio de Roma, que le permitió una beca de estudios en la capital italiana. Al año siguiente, logró una Medalla de Plata en la Exposición de Turín y en 1912 una Medalla de Oro en la Nacional de Bellas Artes de Milán. Un par de años después, viajó a París donde entró en contacto con diferentes corrientes artísiticas de la ciudad y conoció a Degás, Renoir y Rodin. Su estilo se transformó hacia una estética más aireada y menos densa. Sus viajes continuaron por otros lugares de Europa, y con el inicio de la Primera Guerra Mundial viajó a España que estaba en una posición neutral. Viajando a Madrid, su tren sufrió una demora por las nieves en Ávila, donde pasaría la noche hasta continuar a Madrid, sin embargo se estableció en la ciudad hasta la Guerra Civil. Allí formó parte de los círculos intelectuales de Madrid -donde tuvo un taller- y de Ávila, donde mantuvo amistad con López Mezquita, quien también tenía también un estudio en Ávila. Acabada la guerra, retornó a Ávila. A finales de los 40 viajó a México por primera vez y viajó por otros paises americanos como Cuba, Veneuela o Estados Unidos. Falleció el 5 de septiembre de 1966 en su casa de Valmaseda, siendo enterrado al día siguiente en Ávila.

Fotografía: Tripadvisor