Las omisiones del arte: JOSÉ MARÍA LÓPEZ MEZQUITA

TÍTULO:

El Velatorio

AUTOR:

José María López Mezquita (1883-1954)

AÑO PRODUCCIÓN:

1910

DÓNDE ESTÁ:

Museo de Bellas Artes de Granada

Contemplar en vivo y en directo esta obra, y ser testigo de la cantidad de matices que tiene, es una experiencia absolutamente deliciosa y que sitúa este lienzo en un nivel muy alto de la historia del arte. La representación de una escena tan oscura, en un interior, está fuertemente iluminada por una diagonal que prácticamente rasga el lienzo de izquierda a derecha y busca la perspectiva en una profundidad que se inclina hacia la derecha. La escena, cargada de tensión y dramatismo, está cuajada de detalles que aproximaron la paleta de López Mezquita al expresionismo en algunos detalles, demostrando su proceso de maduración y exploración. La bailarina protagonista, está congelada en una pose muy equilibrada y recibe, tanto por la tela de su vestido, como por su posición predominante, la luz principal, colocándola en el punto de partida para leer esta obra.   

José María López Mezquita nació el 23 de abril de 1883 en Granada. Comenzó su formación de niño en el taller del pintor granadino José de Larrocha, hasta que se trasladó a Madrid y comenzó sus estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, compaginando esta formación con su trabajo en el taller de Cecilio Pla, quien ya le conocía de sus visitas a Granada y fomentó su traslado a Madrid. En 1901, con 18 años recién cumplidos, obtuvo Medalla de Oro en la Exposición Nacional por su obra Cuerda de Presos (MNCARS), repitiendo en esta categoria en 1910. Desde 1899 tenía una pensión de la Infanta Isabel, que le renovó después de esta medalla de oro y amplió para que continuara su formación por Europa, viviendo en París, Londres y Bruselas. Tuvo estudio propio en Madrid, donde formó a pintores como Alice Mumford, Francisco Soria Aedo o María Corredoira. Vivirá a caballo entre Paris y Madrid hasta los años 20, cuando en 1926 expuso en Nueva York y entró en la órbita de Archer Huntington, fundador de la Hispanic Society, quien le encargó finalizar el proyecto que había comenzado Sorolla, comenzando un importante tour por toda Latinoamérica para realizar una importante colección de retratos de intelectuales y políticos. Con la Guerra Civil, siendo un convencido republicano, se vió obligado al exilio, residiendo en Cuba, México y Nueva York, volviendo puntualmente a España -donde residía en Elche o Ávila. Regresó definitivamente en 1952, falleciendo el 6 de diciembre de 1954 en Madrid.