Buitrago del Lozoya se localiza en el norte de la Comunidad de Madrid, a unos 75 kilómetros de la capital. Su posición en la sierra y entre las mesetas, convirtieron la ciudad en un punto estratégico en la Edad Media. Buitrago se convierte en un nudo de comunicación entre el norte y el sur. Su recinto amurallado es el mejor conservado de la comunidad, declarado monumento nacional en 1931, es posible que su origen se remonte a los árabes en el siglo XI o XII. La muralla, con un trazado de unos 800 metros, se divide en dos partes, el adarve bajo y el lado sur-suroeste.
En un extremo del recinto se encuentra el Castillo de los Mendoza, del siglo XIV, que fue residencia del Marqués de Santillana, del que ya hablamos en su momento con su residencia en Manzanares el Real.
Sobre las murallas se puede visitar y conocer una fantástica colección de maquinaria de artillería. La exposición “Dos Milenios de Artillería” es una interesante y extensa colección de maquinaria histórica, desde el siglo I a. C hasta el siglo XV. Realizada con un riguroso estudio histórico, cada réplica está recreada en detalle gracias a los textos y dibujos analizados.
Algunas de las piezas son:
Un escorpión del siglo I a. C. de origen romano, reconstruído en base a los restos encontrados en Caminreal -Teruel- de un ejemplar. Permitía disparar flechas a larga distancia -500m- y era fácilmente desmontable en tres partes, lo que las convirtió en armas muy frecuentes en el campo de batalla romano. Su nombre deriva de lo letal de sus flechas, como la picadura del escorpión.
El lu’ab, del siglo VII, es una de las piezas más antiguas musulmanas de ataque basado en el sistema de contrapeso mediante tracción manual. Se trata de una honda de gran tamaño que, anclado al suelo, permitía realizar ataques de mayor precisión, además de tener movilidad en 360º, con un diseño verdaderamente simple y eficaz.
El mangonel, también del siglo VII, es una máquina de tracción manual que ya aparece mencionado en el Skylitzes Matritensis, un manuscrito de finales del siglo XII o principios del XIII de origen siciliano, y que se encuentra en la Biblioteca Nacional. El Mangonel es otro tipo de honda, de tamaño reducido y fácilmente transportable, además de ser empleado con cierta rapidez. El onagro, del siglo IV, se empleaba ya en el siglo II aunque con modificaciones a lo largo de estos siglos. Es una catapulta que, con el añadido de las cuatro ruedas, rápidamente se convirtió en el arma pesada más manejable, con un sistema sencillo, aunque poco maniobrable, si era absolutamente devastadora con la incorporación de la pala en sustitución de la honda original.
El lanzapiedras de torbellino que aquí se expone es una versión del siglo XII. La más pequeña de estas máquinas podía ser usada por un solo hombre, pero los más habituales eran de mayor tamaño, siendo accionados por grupos de 20 hombres, existiendo algunos modelos descritos en los que se podía llegar a necesitar hasta 250 hombres. El tamaño y calibre de las armas determinaba su capacidad de asedio, pero también su agilidad en la actuación y versatilidad en el transporte. Su brazo podía moverse 360º y se trataba de una de las hondas más comunes.
El jarkh, del siglo XII, tiene un origen persa. Se trata de una ballesta pesada, semejante al escorpión, siendo portátiles, los más pesados podían disparar a casi 1 kilómetro de distancia proyectiles de medio kilo. Se encontraron dos de estos ejemplares en Damasco, conservados en el Museo de Armas de París.
DOS MILENIOS DE ARTILLERÍA
De martes a sábados, de 11:30 a 13:45h y de 16:30 a 17:45h.
Domingos, de 11:30 a 13:45h.
C/ del Arco 10. Buitrago del Lozoya
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