En el barrio de Cimadevilla, en la cautivadora ciudad de Gijón, a los pies de la iglesia de San Pedro y junto a la intermitente playa de San Lorenzo, se encuentra el subterráneo Museo de las Termas Romanas de Campo Valdés.
Las termas se localizaban anexas a la muralla romana de la ciudad. La zona estaba habitada desde mucho antes de la llegada de los romanos, sin embargo, los romanos fundaron en torno al siglo I de nuestra era en las inmediaciones del cerro de Santa Catalina su primer asentamiento, lugar donde se encuentra a día de hoy este museo.
En la Plaza de Campo Valdés, sobre el propio museo, como señal de aquel pasado imperial, se encuentra una réplica en bronce del retrato del Emperador Augusto Prima Porta.
En 1903, durante unas obras para la realización de un alcantarillado en la zona, los restos de las termas son descubiertos de manera fortuita, pero fueron soterrados de nuevo. Durante la Guerra Civil, la iglesia de San Pedro, un templo orginal del siglo XV fue destruído y en la década de los años 40 se llevó a cabo la labor de erigir el nuevo templo, se valoraron diferentes opciones que permitieran rescatar las ruinas de las termas. Sin embargo, el templo se construyó sobre parte de los restos arqueológicos, impidiendo su estudio y enterrando para siempre parte del yacimiento. Igual que en 1903, las ruinas fueron cubiertas de nuevo y desatendidas hasta que en 1990 se impulsó el interés por este yacimiento, se estudió y se construyó el actual museo que fue inaugurado en 1995.
Dividido en dos partes diferenciadas, la primera parte incluye una proyección, paneles explicativos y maquetas así como la historia de las termas, sistemas de construcción y funciones del edificio así como una colección de algunos de los elementos muebles -vasijas cerámicas, elementos vítreos y algunos restos óseos - encontrados durante las escavaciones para, permitiendo conocer de primera mano el funcionamiento de las termas, la ubicación de las murallas romanas de la ciudad y la manera de construir, así como algunos de esos restos de objetos de uso diario que permiten conocer de primera mano como era la vida romana -en algunos aspectos, no tan diferente a la nuestra.
La segunda parte de la visita, permite recorrer, desde una pasarela, los restos del edificio de las termas, iniciando en la sala de sudar, denominada sudatorium, una sala que solía ser abovedada en todas las termas y aquí se puede contemplar el espacio de columnas que permitía el desarrollo de ese sitema de subiertas. Se puede recorrer el resto de las salas de las termas, entre las que se encuentran las de agua fría y agua caliente -frigidarium y caldarium- y la de agua templada -tepidarium.
En la visita se puede contemplar también un sarcófago medieval, pues en dicha época, esta zona fue usada como necrópolis.
Pero quizá, uno de los elementos más interesantes desde el punto de vista arqueológico, son los frescos y pinturas murales que se han podido recuperar en algunos puntos del yacimiento. La pintura romana ha sido uno de los elementos más atractivos en el estudio de su cultura desde el descubrimiento de Pompeya y Herculano, ya que su conservación permitió descubrir y alimentar el interés por proteger y estudiar las pinturas murales, permitiendo conocer algo tan cotidiáno como la decoración interior de los edificios.
MUSEO DE LAS TERMAS ROMANAS De martes a viernes, de 9:30 a 14 y de 17 a 19:30.
Sábados, domingos y festivos, de 10 a 13 y de 17 a 19:30.
Plaza de Campo Valdés s/n, Gijón (Principado de Asturias)
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