No somos una alternativa
A estas alturas de la historia, parece una obviedad cuando decimos eso de: en mi época estudiábamos más en el colegio, y menos que nuestros padres, o similares sentencias que juzgan un sistema educativo fuera de lugar, sinsentido y con, cada vez, más agujeros en una trama que se desmorona, con alumnos que aprueban sin estudiar y profesores que no encuentran motivación ni apoyo por parte de equipos directivos ni, mucho menos, ministerios de educación.
No hablemos de educación de élite.
Pura fantasía.
Entre estos problemas y circunstancias de la vida, existe un problema que considero un mal de esta sociedad nuestra, que permite que se consideren algunas asignaturas más importantes que otras, denostando el trabajo de sus profesionales y, por encima de todo, su importancia en el desarrollo humano. Me refiero, como no, a las artes. Música, pintura, danza o teatro son expresiones consideradas por los centros, por la ley y por la mayoría de los padres, actividades extracurriculares, que se realizan como afición. Vaya panorama. Nadie se plantea que matemáticas o lengua son fundamentales, pero se considera una asignatura "menor" la música -inserte aquí cualquier actividad artística- cuando se ha demostrado su importancia en el desarrollo cognitivo y humano de las personas.
Adentrándonos un poco más en el tema, y ya barriendo para casa, esos alumnos que se han educado en la creencia de que para ser alguien en la vida, hay que ser de ciencias y que las carreras sociales o de humanidades te llevan directamente al paro, han pasado curso por curso preocupándose de sacar buenas notas, pero no de aprender. Y llegan a segundo de bachillerato. Y aquí empieza mi verdadera queja.
Son alumnos que, forzados por el sistema, la sociedad, los padres (o llamadlo como queráis) escogen los itinerarios de ciencias o economía porque son verdaderamente útiles, dejando la asignatura de historia del arte como una alternativa a aquellos alumnos que no desean cursar matemáticas (porque no les gusta o porque, casi siempre, se les da muy mal) y arte es, como parece lógico, una "menor". Esto se convierte en el primer fallo de los alumnos, que se enfrentan a una asignatura tremendamente extensa y con un temario que jamás han estudiado, sin saber ni siquiera, que aquello que durante años se les exigía (aprender a pensar) deben aplicarlo en el desarrollo de la asignatura si lo que desean, es aprender a hacer comentarios más o menos profundos de las láminas -insisto, no hablemos del desarrollo humano o de aprender a pensar de forma crítica. Es una triste realidad comprobar como las aulas de historia del arte en muchos centros cada vez están más vacías, como la asignatura ha pasado, con los años de ser una asignatura troncal a una mera optativa, y cada vez más, a ser una simple alternativa de aquellos que, según reza esa infame frase, son los que no valen porque van a letras.
Esta situación a veces se vuelve dramática cuando encima escuchas a esos alumnos decir que los museos son lugares aburridos a los que ya nadie va o a los que no se va porque no saben apreciarlo, y sorprendiéndose la primera vez que ven Las Meninas de Velázquez porque jamás habían visto ese cuadro (y esto, aunque parezca de nuevo fantasía, sucede de verdad en las clases). Hace muchos años, aún muy lejos de ser profesor y siendo un mero estudiante, escuché a alguien mayor que yo decir que la crisis no era económica, sino que era una crisis de valores. Entonces no comprendí muy bien a que se refería, fue a principios de la crisis y en mi mente no cabía esa afirmación tan contundente para un problema que aparentemente, sólo era financiero. Muchos años después, continúa esa frase en mi cabeza y creo que, firmemente, aquella persona fue la más sensata que escuché por aquel entonces. Se ha demostrado, vivimos en un país que carece de muchos valores que le hicieron ser un gran país y que creo que seguimos siendo, pero nos hemos olvidado. Nuestro país va a salir adelante y mejorará el día que nuestras aulas mejoren, y esto implica más filosofía, arte, música, teatro, deporte y danza que la que tienen ahora nuestros alumnos. Debemos dejar de llorar y mirar con pena Finlandia y crear nuestro propio sistema, con valores, con firmeza, con éxito.
A día de hoy existe un vacío profundo en todo esto. Así pues nos encontramos ante el exilio de las pinturas y el abandono de las mismas por parte de sus protagonistas que, testigos de como la sociedad les olvida, han abandonado su trabajo para, probablemente, dedicarse a otras cosas
Hay ríos de tinta escritos sobre el mismo tema y se seguirá escribiendo sobre esto mucho más. Aquí os dejo algunos artículos que he leído y me han llevado a escribir esto.
Fundamental, uno de tantos estudios sobre como el arte hace mejor este mundo.
Este otro también lo considero piedra angular para esta entrada. Una revisión del sistema educativo y de como otros países, en situaciones parecidas, decidieron atacar el problema de raíz.
Un artículo de Lucía Etxebarría denunciando los gastos de este país, pues tiene mucho que ver con los recortes que se le meten a educación.
Comentarios
Publicar un comentario