Maravillas de Riviera Maya - Chichén Itzá
La última de mis entradas dedicadas a las maravillas mayas que he podido descubrir de primera mano este verano va dedicada a la soberbia, inigualable, enorme, mágica y bella Chichén Itzá. Una ciudad que fue centro cultural y administrativo de la región y que impuso su mando al resto de ciudades estado mayas durante largo tiempo. He de decir que es un lugar mágico, donde se respira un aire diferente, cargado de historia.
La zona arqueológica corresponde al periodo post-clásico de la cultura maya, considerado como el periodo de decadencia y de mayor influencia por parte de otra cultura, concretamente la tolteca que llevaría a los mayas a su extinción como cultura pura, surgiendo una cultura mixta. Esta zona está reconocida como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, y no es para menos, pues es un lugar, como he dicho, verdaderamente mágico.
El día que lo visité, el cielo había comenzado a nublarse, y la ciudad resplandecía blanquecina ante el cielo encapotado pero tremendamente luminoso. El centro fundamental de la ciudad es un espacio amplio y muy abierto donde se concentran los tres edificios más importantes, la pirámide de Kukulkán (foto superior), el templo de los jaguares (última foto) y el juego de pelota (foto derecha).
La pirámide de Kukulcán está considerada una de las maravillas del mundo moderno, y no es de extrañar. Se conoce comúnmente como El Castillo y es la piedra angular de un complicado reloj solar, que muestra la transición del sol a lo largo de los distintos solsticios y equinoccios, a través de la colocación del sol en esos momentos del año de acuerdo a la posición del edificio. Las escalinatas principales tienen representadas en sus dos laterales dos gigantescas serpientes, cuyas bocas se abren al exterior mostrando dos enormes lenguas que son a su vez serpientes. El término Kukulcán significa serpiente emplumada, siendo una deidad identificada con el kukul, pájaro denominado quetzal en otras regiones (para los aztecas el dios Kukulcán era Quetzalcoatl, la serpiente emplumada). Lo más impresionante de la pirámide es su volumen, las sombras que proyecta en los solsticios y equinoccios que hace incluso que parezca que estas serpientes desciendan de los cielo, pero sobre todo, su acústica, pues al colocarnos frente a ella podemos dar palmas y la reverberación sonará como el canto del kukul. Todo un ciclo solar y religioso que refuerza el poder teocrático de esta sociedad.
La zona del Yucatán está poblada de cenotes, piscinas naturales y cuevas inundadas que comunicaban, según los mayas, con el inframundo y el mundo de los dioses. En Chichén Itzá se encuentra uno de los más impresionantes, del cual se extrajeron gran cantidad de restos humanos y piezas arqueológicas. Es un círculo de gran tamaño, prácticamente perfecto que parece adentrarse en las entrañas de la Tierra. Curiosamente, no es el único, pues recientemente se ha descubierto que la pirámide está construida sobre un cenote de gran tamaño que, en caso de colapsarse, destruiría la edificación.
Por último destaca el conjunto del templo de los jaguares, un edificio con aspecto piramidal de poca altura que completa el espacio de la plaza principal y que junto con El Castillo, forma parte de ese gran calendario solar.
Es destacable en toda la cultura maya la importancia que adquirieron para ellos los calendarios, la contabilización del tiempo y la necesidad de llevar un control tan exhaustivo y tan preciso, una maravilla inmaterial que nos ha llegado hasta nosotros gracias a la representación a gran escala de algunos calendarios a través de los edificios fundamentales de las ciudades.
Visitad la Riviera Maya, invadid vuestro espíritu de una mística que envuelve cada rincón de un país precioso, y disfrutad de los secretos ocultos en la piedra tallada.
La pirámide de Kukulcán está considerada una de las maravillas del mundo moderno, y no es de extrañar. Se conoce comúnmente como El Castillo y es la piedra angular de un complicado reloj solar, que muestra la transición del sol a lo largo de los distintos solsticios y equinoccios, a través de la colocación del sol en esos momentos del año de acuerdo a la posición del edificio. Las escalinatas principales tienen representadas en sus dos laterales dos gigantescas serpientes, cuyas bocas se abren al exterior mostrando dos enormes lenguas que son a su vez serpientes. El término Kukulcán significa serpiente emplumada, siendo una deidad identificada con el kukul, pájaro denominado quetzal en otras regiones (para los aztecas el dios Kukulcán era Quetzalcoatl, la serpiente emplumada). Lo más impresionante de la pirámide es su volumen, las sombras que proyecta en los solsticios y equinoccios que hace incluso que parezca que estas serpientes desciendan de los cielo, pero sobre todo, su acústica, pues al colocarnos frente a ella podemos dar palmas y la reverberación sonará como el canto del kukul. Todo un ciclo solar y religioso que refuerza el poder teocrático de esta sociedad.
La zona del Yucatán está poblada de cenotes, piscinas naturales y cuevas inundadas que comunicaban, según los mayas, con el inframundo y el mundo de los dioses. En Chichén Itzá se encuentra uno de los más impresionantes, del cual se extrajeron gran cantidad de restos humanos y piezas arqueológicas. Es un círculo de gran tamaño, prácticamente perfecto que parece adentrarse en las entrañas de la Tierra. Curiosamente, no es el único, pues recientemente se ha descubierto que la pirámide está construida sobre un cenote de gran tamaño que, en caso de colapsarse, destruiría la edificación.
Por último destaca el conjunto del templo de los jaguares, un edificio con aspecto piramidal de poca altura que completa el espacio de la plaza principal y que junto con El Castillo, forma parte de ese gran calendario solar.
Es destacable en toda la cultura maya la importancia que adquirieron para ellos los calendarios, la contabilización del tiempo y la necesidad de llevar un control tan exhaustivo y tan preciso, una maravilla inmaterial que nos ha llegado hasta nosotros gracias a la representación a gran escala de algunos calendarios a través de los edificios fundamentales de las ciudades.
Visitad la Riviera Maya, invadid vuestro espíritu de una mística que envuelve cada rincón de un país precioso, y disfrutad de los secretos ocultos en la piedra tallada.
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